Dr. Marco V. Benavides Sánchez.
El 23 de junio no es un día cualquiera. Es el aniversario del nacimiento de Alan Mathison Turing, un matemático británico cuya mente brillante ayudó a cambiar el rumbo de la Segunda Guerra Mundial y sembró las bases de la computación moderna. Su historia combina genialidad, valentía, injusticia y un legado que aún hoy sigue vigente. Este artículo está dedicado a su contribución más heroica: el descifrado de la misteriosa máquina Enigma.
La amenaza cifrada: ¿qué era Enigma?
Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército nazi usaba una compleja máquina llamada Enigma para cifrar sus comunicaciones estratégicas. Esta máquina tenía tres rotores móviles, un tablero de conexiones, y un mecanismo de reflexión que aseguraba que cada letra escrita se transformara en otra aparentemente aleatoria. Lo más perturbador era que las configuraciones se cambiaban diariamente, generando más de 150 quintillones de combinaciones posibles. En resumen, parecía imposible de descifrar.
Enigma permitía a los altos mandos nazis enviar órdenes confidenciales sobre ataques, movimientos de tropas y operaciones en el Atlántico. Si los Aliados no lograban romper este código, estarían condenados a pelear a ciegas contra un enemigo siempre un paso adelante.

Bletchley Park: el corazón de la inteligencia británica
En 1939, el gobierno británico reunió en Bletchley Park a un equipo multidisciplinario compuesto por matemáticos, lingüistas, criptógrafos y pensadores poco convencionales. Allí fue donde Alan Turing se integró, cargando ya con una reputación como prodigio matemático y pionero en lógica computacional.
Turing comprendió que romper Enigma manualmente era absurdo: tomaría millones de años. Era hora de pensar como una máquina… o construir una que pudiera pensar.

La Bombe: ingeniería contra la oscuridad
Inspirado por el trabajo previo del equipo polaco de criptógrafos, Turing diseñó una máquina llamada Bombe. Este dispositivo electromecánico no intentaba descifrar todo el mensaje directamente, sino detectar patrones y probabilidades basadas en lo que se conocía como “cribs”: fragmentos previsibles del texto, como saludos o repeticiones comunes en los mensajes nazis.
Una vez identificada una pista, la Bombe probaba miles de configuraciones de Enigma por minuto. Cuando una combinación producía un texto con sentido lógico, los analistas sabían que habían encontrado la clave del día. Esa llave abría la puerta a todos los mensajes codificados durante esas 24 horas.
El impacto fue inmediato. Los aliados comenzaron a descifrar comunicaciones que revelaban convoyes de suministros, rutas de submarinos alemanes e intenciones estratégicas. Se estima que, gracias a Turing y su equipo, la guerra se acortó al menos dos años, y se salvaron millones de vidas.

El secreto mejor guardado de la guerra
Sorprendentemente, el logro de Bletchley Park permaneció en secreto durante décadas. Ni siquiera los soldados que se beneficiaban directamente sabían cómo se obtenía esa información. El gobierno británico mantuvo el asunto clasificado hasta los años 70, y Turing nunca pudo recibir en vida el reconocimiento que merecía.
Mientras tanto, seguía aplicando su genio a otros campos. En 1950 propuso el famoso Test de Turing, una forma de medir la inteligencia de una máquina en base a su capacidad para simular una conversación humana de forma convincente. Sus ideas sentaron las bases de la inteligencia artificial mucho antes de que se convirtiera en realidad.
Un héroe perseguido
A pesar de sus contribuciones vitales, Turing fue perseguido por el sistema al que ayudó a salvar. En 1952 fue procesado por su homosexualidad, considerada un delito en el Reino Unido de aquella época. En lugar de ir a prisión, aceptó someterse a un tratamiento de castración química que deterioró su salud física y mental.
Murió en 1954, a los 41 años, en circunstancias que muchos consideran un suicidio. Su muerte fue una pérdida irreparable para la ciencia y un reflejo de la profunda injusticia que enfrentó.
Décadas después, el mundo finalmente reconoció su grandeza. En 2013, la Reina Isabel II le concedió un perdón póstumo, y en 2019 se anunció que su rostro aparecería en el billete británico de 50 libras, como símbolo de su legado.

Alan Turing no solo venció a Enigma; venció la idea de que los códigos perfectos no podían romperse. Su trabajo sentó las bases para la creación de las computadoras actuales, para el desarrollo de la ciberseguridad y para la inteligencia artificial que hoy nos rodea. Su influencia cruza disciplinas, fronteras y generaciones. Otro ejemplo de cómo el trabajo de una persona puede beneficiar un campo de conocimiento tan profundamente.
Para leer más:
- Hodges, A. (2000). Alan Turing: The enigma. Walker Books.
- Copeland, B. J. (2004). The essential Turing: Seminal writings in computing, logic, philosophy, artificial intelligence, and artificial life. Oxford University Press.
- BBC. (2012, June 23). Alan Turing: The father of modern computing. https://www.bbc.com/news/technology-18419691
- National Museum of Computing. (n.d.). The Bombe – Alan Turing’s codebreaking machine. https://www.tnmoc.org/news-releases/2020/5/14/the-bombe
- Turing, A. M. (1950). Computing machinery and intelligence. Mind, 59(236), 433–460. https://doi.org/10.1093/mind/LIX.236.433
#ArtificialIntelligence #Medicine #Surgery #Medmultilingua
Deja un comentario