Por: Dr. Marco Vinicio Benavides Sánchez.
¿Te imaginas que una persona herida en un accidente grave pudiera recibir una transfusión de “sangre artificial” en una ambulancia, sin importar su tipo de sangre, sin necesidad de bancos de sangre, y sin esperar a que lleguen donantes? Esta escena, que parece sacada de una película de ciencia ficción, está mucho más cerca de la realidad de lo que podríamos imaginar.
¿Qué es exactamente esta “sangre artificial”?
Para entender esta innovación, primero pensemos en lo que hace la sangre natural. En ella, los glóbulos rojos transportan oxígeno desde los pulmones a los órganos y tejidos del cuerpo. Cuando una persona pierde mucha sangre —ya sea por un accidente, una cirugía, un parto complicado o una enfermedad grave—, su cuerpo deja de recibir el oxígeno necesario para sobrevivir. Ahí es donde radica la importancia de la sangre artificial.
Los portadores artificiales de oxígeno son sustancias creadas en laboratorio que imitan esa función vital de los glóbulos rojos. No contienen células vivas, pero sí moléculas que pueden captar y liberar oxígeno donde se necesita. Además, no requieren refrigeración, duran mucho más tiempo almacenados y pueden usarse en cualquier persona, sin importar su tipo sanguíneo.
¿Por qué necesitamos esta alternativa?
El sistema de donación de sangre, aunque efectivo, tiene limitaciones importantes:
- Escasez de donantes, especialmente en épocas de crisis como la pandemia de COVID-19.
- Requisitos de compatibilidad sanguínea, que pueden retrasar transfusiones urgentes.
- Vida útil limitada de la sangre donada, que generalmente no supera los 42 días.
- Dificultad de acceso en zonas rurales, áreas de conflicto o durante desastres naturales.
Por eso, científicos de todo el mundo llevan décadas buscando un sustituto de la sangre humana. Y ahora, por fin, estamos viendo resultados concretos.
Japón lidera esta revolución
Uno de los avances más emocionantes se está dando en Japón, donde un equipo de investigadores de la Universidad Médica de Nara ha desarrollado un tipo de sangre artificial en forma de polvo blanco. Basta con mezclarlo con agua esterilizada para obtener una solución lista para usarse como transfusión de emergencia.
Esta “sangre en polvo” ha sido probada con éxito en animales, y en 2025 comenzó su primer ensayo clínico en humanos. Su nombre técnico es vesículas de hemoglobina (HbV), y tienen propiedades asombrosas:
- Se pueden guardar hasta 24 meses sin refrigeración.
- Son compatibles con todos los tipos de sangre.
- Vienen en envases pequeños y portátiles, ideales para ambulancias, hospitales de campaña o uso militar.
¿Para qué enfermedades o situaciones puede servir?
Además de emergencias por pérdida de sangre, esta nueva tecnología podría utilizarse en muchos otros contextos:
- Cirugías de alto riesgo, especialmente cardiovasculares.
- Infartos o hemorragias cerebrales, donde el cerebro necesita oxígeno urgente.
- Enfermedades pulmonares graves, como el síndrome de dificultad respiratoria.
- Tratamiento de pacientes con anemia severa, que no pueden recibir transfusiones por razones médicas o religiosas.
- Exploración espacial o submarina, donde el oxígeno es limitado.
Incluso se piensa en su uso en catástrofes naturales o zonas de guerra, donde los bancos de sangre suelen estar inaccesibles.

¿Y qué dicen los expertos?
Un artículo reciente publicado en la prestigiosa revista Journal of Nanobiotechnology (Mohanto et al., 2025) describe cómo estos portadores artificiales de oxígeno han sido eficaces en el tratamiento de múltiples enfermedades, desde traumas por accidente hasta problemas cardíacos o cerebrales.
El estudio también analiza los diferentes tipos de portadores en desarrollo:
- Los que usan hemoglobina modificada, que es la proteína que lleva oxígeno en la sangre.
- Los que están basados en perfluorocarbonos, compuestos que almacenan grandes cantidades de oxígeno.
- Los derivados de células madre, que intentan producir glóbulos rojos en laboratorio.
- Las microburbujas de oxígeno, útiles en tratamientos localizados o dermatológicos.
Aunque aún hay desafíos —como evitar efectos secundarios, mejorar la eficiencia y reducir costos—, el camino ya está trazado.
¿Es completamente seguro?
Como toda innovación médica, esta tecnología está siendo sometida a rigurosas pruebas. Los productos deben ser seguros, estables y no tóxicos. Algunos portadores, en versiones anteriores, generaban reacciones indeseadas como presión alta o problemas renales. Pero los modelos más nuevos, como los desarrollados en Japón, han mostrado mejores resultados en pruebas animales y ahora se están evaluando en personas voluntarias.
La gran ventaja, según los investigadores, es que estos productos no activan el sistema inmune, es decir, no generan rechazo, como una transfusión no compatible.
Un cambio de paradigma
El desarrollo de estos sustitutos de la sangre no busca reemplazar completamente las donaciones, que seguirán siendo valiosas. Pero sí podría reducir drásticamente la dependencia actual del sistema de donantes y ofrecer soluciones rápidas, portátiles y universales en momentos críticos.
Conclusión: una esperanza para todos
La ciencia avanza a pasos agigantados, y la sangre artificial es una prueba más de ello. Lo que hace unos años era solo un sueño de laboratorio, hoy se está probando en seres humanos. Si los ensayos clínicos confirman lo que los investigadores esperan, en pocos años podríamos ver estas soluciones en hospitales, ambulancias, e incluso en nuestros botiquines de primeros auxilios.
Más allá de la tecnología, este avance representa una esperanza concreta para millones de personas en todo el mundo: quienes viven en zonas sin acceso a bancos de sangre, quienes sufren enfermedades crónicas, o quienes simplemente necesitan una oportunidad más para seguir con vida.
Para leer más:
1. Azuma, H., Amano, T., Kamiyama, N., Takehara, N., Jingu, M., Takagi, H., Sugita, O., Kobayashi, N., Kure, T., Shimizu, T., Ishida, T., Matsumoto, M., & Sakai, H. (2022). First-in-human phase 1 trial of hemoglobin vesicles as artificial red blood cells developed for use as a transfusion alternative. Blood Advances, 6(21), 5711–5715. https://doi.org/10.1182/bloodadvances.2022007977
2. Mohanto, N., Park, Y.-J., & Jee, J.-P. (2023). Current perspectives of artificial oxygen carriers as red blood cell substitutes: A review of old to cutting-edge technologies using in vitro and in vivo assessments. Journal of Pharmaceutical Investigation, 53, 153–190. https://doi.org/10.1007/s40005-022-00590-y
3. Mohanto, N., Mondal, H., Park, Y.-J., & Jee, J.-P. (2025). Therapeutic delivery of oxygen using artificial oxygen carriers demonstrates the possibility of treating a wide range of diseases. Journal of Nanobiotechnology, 23, Article 25. https://doi.org/10.1186/s12951-024-03060-9
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